Para aprender a canalizar Reiki, lo primero que necesitamos es encontrar un maestro de Reiki. Aunque
algunas personas insistan en atribuirse facultades especiales y se consideren mejores maestros que otros, lo
cierto, es que todos los maestros de Reiki están al mismo nivel para lo que te van a transmitir. Lo que no es
igual, claro está, es el ego de cada maestro. Debes elegir un maestro que pueda acreditar su linaje y que
tenga dotes para transmitir los conocimientos y doctrinas del doctor Usui sin adornos, de manera sencilla,
eficaz y desde la más absoluta humildad. Creo que todo el mundo sabe distinguir a un buen maestro
cuando lo ve, así que déjate guiar por tu intuición.
Procura tener muy claro antes de iniciarte, quién va a impartir las clases, que experiencia tiene y de recibir al
finalizar tu diploma acreditativo, así como de la documentación que se te va a entregar y de la posibilidad
de hacer prácticas después. No debes obsesionarte tampoco excesivamente por el número de horas, los
manuales y tantos y tantos detalles de marketing e imagen que tanto nos gustan en occidente, porque
irónicamente, la parte más importante del curso, va a ser la iniciación y en este momento, estarás en silencio
y con los ojos cerrados para recibir algo que no vas a poder tocar, explicar o pensar y que no va durar más
de diez minutos.
El proceso de iniciación comienza, en realidad, cuando decides hacer el curso y responsabilizarte de todo lo
que te pasa. Con frecuencia, además de la iniciación en Reiki, la persona se inicia en un proceso de
crecimiento personal muy rico y fructífero que cambia su vida por completo.
Reiki, se suele dividir en tres niveles. El primer nivel, te permitiría sanar a nivel físico a una persona, el
segundo nivel es para sanaciones a nivel mental y emocional y el tercer nivel permite sanar a nivel espiritual.
Personalmente lo solemos dividir de otra forma porque se adapta más a nuestra trayectoria personal que es
en el primer nivel cambias tú, en el segundo nivel cambia tu relación con el mundo y en el tercer nivel
“cambia el mundo”.
Una vez iniciado por un maestro, la persona es capaz de canalizar energía Universal a través de sus manos a
personas, animales, plantas y cosas siempre que lo desee. Pero no sólo a entes físicos, también se pueden
mejorar la ira, el miedo, la depresión, una relación, una situación laboral, las aplicaciones son infinitas. Un
practicante de Reiki, llega a integrarlo tanto en su vida, que acaba utilizado para casi todo.
Cada vez que hagas Reiki, la Energía Universal estará entrado por tu Chacra coronilla y saliendo por tus
manos. La mayor parte de esta energía la recibe el paciente, pero mucha, queda en tu cuerpo, de manera
que cada vez que hagas Reiki a alguien te estarás haciendo Reiki a ti mismo. Es por tanto, una buena excusa
para hacer Reiki a los demás.